Continuamos viendo algunas maneras de lograr una visión más objetiva en lo que respecta a las tonalidades y la saturación de nuestras tomas, algo que será de suma importancia a la hora de editarlas adecuadamente. Nos queda entonces un último recurso que combinaremos con los ya presentados en la primera parte de esta serie.
Crea el mismo fondo neutro en ambos monitores. Un gris medio de fondo resultará ideal cuando desees ver las imágenes sin ningún valor que altere la percepción del color. Para ello lo mejor será ajustar el gris de fondo en ambos monitores, de modo que logres un gris neutral. Muchos se manejan con estos valores: R100/G100/B100, constituyendo un 70% de gris.
Así y todo, lo mejor será crear cuatro variantes destinadas a compensar tendencias hacia tonalidades frías, cálidas, oscuras o claras, dependiendo de la necesidad de cada monitor. Algunos ejemplos de combinaciones en RGB pueden ser: R100/G100/B95 para un gris ligeramente cálido si tu monitor es un poco “frío”; o R100/G100/B105 (un gris ligeramente frío) si este tiene una tendencia más cálida.
Una vez configurada la tonalidad del fondo en ambos monitores, decide cuál querrás ajustar en virtud del otro y crea un archivo jpg de alrededor de 20 x 20 píxeles aclarando u oscureciendo ligeramente el color según lo que se requiera para igualarlo. En la mayoría de los casos esto conllevará un poco de experimentación. Cuando lo logres, lo mejor será guardarlo en calidad JPG 5, RGB para usarlo cuando sea necesario.
Dado que dependemos tanto de lo que percibimos a través de los monitores, cualquier ajuste que podamos hacer para mejorar la precisión de lo que nos muestran tendrá un impacto positivo en cada paso de la post-edición, hasta llegar a la impresión. Así que pon en práctica estas ideas y aumenta la objetividad con la que ves los colores de tus tomas.
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