lunes, 19 de diciembre de 2011

Dos opciones para fotografía salvaje


Hay muchas cosas que pueden hacer de una toma de naturaleza salvaje algo maravilloso. Pero en esta ocasión nos centraremos en dos elementos que no fallan, cada uno de los cuales constituye una categoría en sí mismo, con la posibilidad de combinarlos formando otra diferente. Continúa leyendo y entérate de cuáles son.
Retratos. Por aquí empieza la mayoría; nos referimos a aquellas imágenes en las que se ve al animal - principalmente su rostro -, por lo general sin moverse ni hacer nada en especial. Este tipo de fotografías son aquellas típicamente utilizadas para ilustrar enciclopedias, en vista de que presentan al animal de modo fácilmente identificable y a la vez estéticamente agradable. Son infaltables en el portfolio de cualquier que se interese en la naturaleza salvaje, especialmente si se espera vender sus trabajos.
Sin embargo, si andando el tiempo se continúa fotografiando dentro de este estilo, llegará el momento en que los retratos comenzarán a repetirse. No hay mucho más aparte de encuadre, composición e iluminación que diferencie a un tigre de bengala de otro. Es cierto que la variedad también reside en la cantidad de especies fotografiadas, pero aún así es posible caer en repeticiones. De manera que para ser un fotógrafo completo es necesario incursionar en la siguiente categoría.
Comportamiento. Estas tomas constituyen la representación visual de la vida salvaje siendo salvaje, es decir, comportándose como naturalmente acostumbran dentro de su hábitat. Si se intenta plasmar esto mismo en cautiverio es probable que haya que esperar varias horas para obtenerlo. Por el contrario, en un entorno salvaje lo que tarda horas es llegar a ver algo, pero una vez que aparece, las tomas resultantes serán de comportamiento desde el principio.
Por otro lado, esta variante ayuda a poner al animal en contexto - algo que suma calidad a las tomas. Y para caer en la cuenta de la atracción que ejerce sobre nuestro ojo basta con mirar un grupo de imágenes de naturaleza salvaje y luego determinar cuáles acapararon nuestra atención. Por lo general las de comportamiento ganan por mayoría.
Retrato y comportamiento. A veces las tomas caen dentro de ambas categorías. Esto ocurre cuando muestran algún tipo de acción, pero cuentan con las características - y las ventajas - de un retrato, brindando tanto contexto como identificación a la vez. Algunas de las mejores tomas logradas dentro de este estilo caen dentro de dicha categoría.


Si estás dando tus primeros pasos dentro de la fotografía salvaje o te interesaría poder hacerlo, intenta practicar estas categorías por separado respetando el orden presentado. De seguro avanzarás hasta alcanzar la tercera.

¡¿Disparidad en las tonalidades?

Continuamos viendo algunas maneras de lograr una visión más objetiva en lo que respecta a las tonalidades y la saturación de nuestras tomas, algo que será de suma importancia a la hora de editarlas adecuadamente. Nos queda entonces un último recurso que combinaremos con los ya presentados en la primera parte de esta serie.
Crea el mismo fondo neutro en ambos monitores. Un gris medio de fondo resultará ideal cuando desees ver las imágenes sin ningún valor que altere la percepción del color. Para ello lo mejor será ajustar el gris de fondo en ambos monitores, de modo que logres un gris neutral. Muchos se manejan con estos valores: R100/G100/B100, constituyendo un 70% de gris.
Así y todo, lo mejor será crear cuatro variantes destinadas a compensar tendencias hacia tonalidades frías, cálidas, oscuras o claras, dependiendo de la necesidad de cada monitor. Algunos ejemplos de combinaciones en RGB pueden ser: R100/G100/B95 para un gris ligeramente cálido si tu monitor es un poco “frío”; o R100/G100/B105 (un gris ligeramente frío) si este tiene una tendencia más cálida.

Una vez configurada la tonalidad del fondo en ambos monitores, decide cuál querrás ajustar en virtud del otro y crea un archivo jpg de alrededor de 20 x 20 píxeles aclarando u oscureciendo ligeramente el color según lo que se requiera para igualarlo. En la mayoría de los casos esto conllevará un poco de experimentación. Cuando lo logres, lo mejor será guardarlo en calidad JPG 5, RGB para usarlo cuando sea necesario.
Dado que dependemos tanto de lo que percibimos a través de los monitores, cualquier ajuste que podamos hacer para mejorar la precisión de lo que nos muestran tendrá un impacto positivo en cada paso de la post-edición, hasta llegar a la impresión. Así que pon en práctica estas ideas y aumenta la objetividad con la que ves los colores de tus tomas.

Aumenta la Nitidez y Precisión de tus tomas

Por lo general todos concordamos en que las mejores fotografías son aquellas que cuentan una historia, y sin duda esto es lo que muchos profesionales y entusiastas de este arte intentan lograr con sus trabajos. La nitidez y la precisión pueden ser aliadas fundamentales a la hora de transmitir exitosamente un mensaje, permitiendo no sólo mostrar imágenes entendibles, sino también dejar en claro lo que hay detrás. Veamos entonces qué se requiere para asegurarse de estas dos características en cada toma.

Buenos lentes. Los primes suelen ser los más adecuados. Los 50mm f1.8 tienden a ser de los más populares debido a sus buenos resultados y precio accesible en comparación con otras opciones. Por otro lado, su versatilidad les permite hacer un buen trabajo en fotografía de retratos, naturaleza muerta y comida, especialmente para tomas de detalles.